La excavación arqueológica es, posiblemente, la actividad más conocida del trabajo del arqueólogo. Son excavaciones arqueológicas las remociones en la superficie, en el subsuelo, que se realicen con el fin de descubrir e investigar toda clase de restos históricos o paleontológicos, así como los componentes geológicos con ellos relacionados.
Este tipo de trabajo se ejecuta ante la posibilidad de aparición de restos arqueológicos en el subsuelo, pero también como trabajo complementario a la restauración de edificios.
Muchas de las localidades actuales tienen su origen cientos o miles años atrás. La adecuada documentación de ese pasado forma parte del patrimonio del conjunto de las personas que en la actualidad viven en el mismo lugar que lo hicieron antes que ellos.
Este tipo de trabajo ha de ser realizado por personal cualificado, tal y como indican las diferentes normas sobre patrimonio.
